CÓMO INICIAR UNA DISCUSIÓN [POSITIVA] DE PAREJA

CÓMO INICIAR UNA DISCUSIÓN [POSITIVA] DE PAREJA

¿Deseas una relación de pareja libre de conflicto?  Lo siento, no es posible.

El conflicto es algo que viene incorporado de serie en cualquier relación interpersonal.  ¡No digamos ya en una relación de pareja! 

 Lo que sí puedes pedir y conseguir es una relación de pareja libre de peleas desagradables.  

¿Cómo empezar una discusión de pareja de manera positiva? De manera que te ayude a persuadir a tu compañero o compañera. Y evites dañar vuestra relación.

Según el dicho popular, “Lo que bien empieza, bien acaba”. Por lo tanto si queremos que la discusión con nuestra pareja acabe de manera positiva, es necesario  empezar de manera positiva.

Recuerda esto: las discusiones suelen acabar con el mismo tono con el que empiezan.

¡Atención, mujer de buena voluntad! Tú tienes mucha responsabilidad al respecto. Porque soléis ser vosotras las que ponéis encima de la mesa los temas candentes. Y sois vosotras las que soléis insistir en resolverlos. ¡Vaya que sí! Los hombres, en cambio, acostumbramos a evitar los enfrentamientos directos con vosotras. ¡Mira después este video! ¡Entenderás muchas cosas de tu compañero!

¿Cómo podemos plantear una discusión de manera emocionalmente inteligente?

Ante todo y esto es fundamental, de manera que nuestro interlocutor no se sienta agredido. Es decir, una manera exenta de agresividad.

Un planteamiento agresivo o violento no implica necesariamente gritar. Se puede ser agresivo sin levantar la voz. Utilizando un tono y una expresión facial de desdén, por ejemplo. ¿Por qué te has olvidado de ir a recoger a tu hijo al colegio? Es un planteamiento agresivo-contenido que puede desatarse si el otro se pone a la defensiva o no responde con una petición sincera de perdón y asumiendo la responsabilidad de manera clara y concisa.  

Lo malo que tiene un planteamiento violento es que es la puerta de entrada de cuatro devastadores elementos en una discusión de pareja. Que como comenté en el video de aquí, se trata de la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la actitud evasiva. Y son un indicativo de que la relación de pareja está naufragando cuando son algo habitual.

¡Atención, hombres de buena voluntad! Las mujeres no suelen empezar las discusiones de manera agresiva porque tengan las hormonas revolucionadas una vez al mes. O porque le den demasiadas vueltas a todo.

¿Sabéis por qué una mujer suele plantear una discusión de manera violenta? Porque está hasta las narices de que su compañero no sea sensible a sus quejas o peticiones. 

¡Moraleja! Si quieres evitar que tu compañera plantee los temas de manera agresiva procura que, a diario, se sienta respetada. Que sienta que sabes de sus necesidades y tienes en cuenta sus opiniones.

Por lo que a vosotras se refiere es conveniente que tengáis presente un principio básico de la gestión de conflictos: Si no se está en condiciones de discutir un tema de buenas maneras, mejor no empezar.

No empecéis hasta que os hayáis calmado. Respirad pautadamente, escuchad música o haced cincuenta flexiones de brazos. Lo que más os ayude a relajar vuestra mente.

También os propongo siete efectivas claves que suavizan el planteamiento de una discusión:

1. Quéjate sin culpabilizar al otro. Nada de: “Es por tu culpa que estoy de los nervios” o “Me pones de los nervios”. Mejor di: “Esta situación me pone muy nerviosa”.

2. Utiliza frases que empiecen por “Yo”, en lugar de “Tú”. Es preferible decir ”Me siento ignorada”, que decir: “Me estás ignorando”.  

De lo que se trata es de centrarse en lo que uno siente. Las frases en primera persona son un elemento fundamental de la psicología interpersonal. Evitan que la otra persona se ponga a la defensiva.

3. Describe lo que ocurre sin evaluar ni juzgar. En lugar de “nunca haces nada en casa”, mejor di, “parece que hoy solo yo me estoy ocupando de las tareas de casa”.

4. Exprésate con claridad. No esperes que tu pareja te lea el pensamiento. ¡Es un hombre! Al grano. Claro y conciso.

En lugar de “¿No te apetece ir a ver como nada tu hijo? Mejor di: “Necesito que lleves hoy a nuestro hijo a la piscina”.

5. Compórtate de manera amable. Es cuestión de tener presente que la persona con la que hablas es digna de respeto. A partir de aquí tu tono de voz cambiará. ¡Verás cuánto te ayuda si le añades una sonrisa y recuerdas algo positivo de tu compañero!

6. Muestra agradecimiento. Por ejemplo, reconócele algo que hizo en el pasado y que apreciabas y que ahora echas de menos. Por ejemplo, en lugar de decir: “¡Pasas de mí!”, mejor di, “Me encantaba cuando pasábamos más tiempo juntos. Antes salíamos de excursión casi todos los sábados”.

7. No te guardes nada. Como dice una cita bíblica, “No permitas que el sol se ponga sobre tu ira”. Si permites que un sentimiento negativo se enquiste en tu interior. Tu salud saldrá perjudicada. Y la de tu relación también.  

Quéjate sin culpabilizar al otro, Utiliza frases que empiecen por “Yo”, en lugar de “Tú”, Describe lo que ocurre sin evaluar ni juzgar, Exprésate con claridad, Compórtate de manera amable, Muestra agradecimiento y No te guardes nada.

Plantear así una discusión facilita que el compañero o compañera se ponga de nuestra parte. Facilita que la pareja diseñe conjuntamente un plan para resolver un problema. Y deja una sensación positiva en ambos. Sensación que inspira una actitud positiva que ayudará a resolver el siguiente conflicto que surja. ¡Que seguro que acaba surgiendo!

¿Qué clave de las que te he propuesto ya utilizas? ¿Qué otra añadirías? Deja tu comentario. 

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