
26 Jun RESTABLECER LA CONFIANZA TRAS LA INFIDELIDAD
Sin confianza una relación de pareja saludable no es posible. De hecho no es posible ninguna relación interpersonal. Gracias a la confianza los seres humanos hemos llegado donde hemos llegado. Porque ese sentimiento nos ha permitido colaborar entre nosotros. Así que imagínate qué hubiera pasado si no hubiéramos tenido la capacidad para confiar los unos en los otros. Vete a saber si, como especie, existiríamos.
Dentro del ámbito de la pareja, evidentemente, es un pilar fundamental. Y lo es porque facilita, entre otras cosas, que exista el compromiso. Es decir, el que uno esté motivado para mantener la relación, a querer continuar. La confianza lo que facilita es que exista una percepción de que hay futuro. Y al haber esa percepción, uno se motiva a implicarse más a mantener la relación. A hacer todo lo posible para que continúe. Así pues, la confianza facilita el compromiso. Y no solamente eso, sino que también facilita la intimidad. Que junto con la sexualidad son los grandes distintivos de una relación de pareja.
¿Qué significa “intimidad”? Significa ese roce intelectual, afectivo, físico que existe entre los miembros de la pareja que les permite conocerse profundamente. El estar presente, el abrirse el uno al otro, el mostrarse de manera honesta de manera profunda de manera vulnerable. Sin máscaras. Eso es la intimidad. El conocimiento profundo del otro y la disponibilidad para que así sea. La confianza facilita el compromiso y la intimidad, que son importantísimos en la salud de una relación de pareja.
¿Qué supone la confianza entre los miembros de la pareja?
Considero que una de las cosas básicas que supone es que los miembros de la pareja están predispuestos a modificar, a adaptar su comportamiento de manera que beneficie al compañero. O, como mínimo, no lo dañe. Es decir, están predispuestos a que en la relación se establezca un ganar-ganar y el bienestar, el beneficio propio se entrelace con el beneficio y el bienestar del compañero. Es decir, se produce una predisposición a estar instalados en un marco mental del “nosotros” y no exclusivamente del “tú y yo”; en el que se establece una dinámica de ganar-perder.
Considero que en una relación de pareja, el ganar-perder es una pérdida para ambos. Porque causa resentimiento. Y éste causa desvinculación emocional. Y quien pierde, al final, son ambos miembros de la pareja. Porque pierde la relación. Esto es muy importante para poder entender lo que supone el quiebro de la confianza en la relación de pareja. Y cuándo se produce por una infidelidad.
Confías en tu pareja cuando sientes tranquilidad cuando te preguntas. “¿Mi pareja hace y hará todo lo posible por mí bienestar, por no hacerme daño?” Cuando la respuesta es afirmativa, a parte de relajarte, percibes que tu pareja es un refugio en la vida. Esto te calma porque te libera de la angustia, de la ansiedad, de la incertidumbre. La pareja es un refugio en la vida. Te ofrece previsibilidad. Sabes que estará ahí para cuando lo necesites. Sientes que no estás solo en el mundo. Una sensación que puede llegar a ser muy dolorosa como sabemos. Tu cerebro no está bañado en cortisol porque no tiene que estar pendiente, no tiene que estar alerta constantemente cuando confías. Sabes que tu pareja va a ir al supermercado a gastarse el dinero en la compra de la semana y no en un capricho personal, por ejemplo. Cuando tienes esa certeza, esa confianza la vida se vuelve mucho más fácil.
Sentir confianza facilita la relación de pareja porque, entre otras cosas, facilita el beneficio de la duda. Tarde o temprano se va a cometer un error, se va a producir un conflicto. Tener el beneficio de la duda significa que tu memoria ha atesorado, ha guardado muchos recuerdos en los que tu pareja ha estado disponible para ti. Que es un refugio seguro. Cuando se produce una situación de quiebro, de conflicto la angustia, la ansiedad que puedas experimentar se enmarca dentro de unos parámetros que son razonables. Y recuperar el equilibrio es mucho más fácil.
La infidelidad supone una experiencia que tiene usualmente efectos devastadores. Uno de éstos, es la pérdida de la confianza. Lo que ocurre cuando se quiebra la confianza por una infidelidad es que el mensaje que se recibe es que el compañero, la compañera, de manera consciente, ha hecho algo que te ha dañado. Te ha dañado conscientemente en beneficio propio. Ha sido egoísta. Este es el gran mensaje, el gran quiebro que se produce. Se transgrede un pacto implícito o explícito de no agresión. Y esto tiene unos efectos realmente muy devastadores para el “yo” de la parte herida.
Una de las grandes preguntas que se instalan en la mente de la parte herida cuando tiene la voluntad de dar una oportunidad a la relación, es la siguiente: “¿Será capaz mi pareja de volverlo hacer?” Esta pregunta realmente es muy angustiante y desgastante. En la vida de la parte herida irrumpe la incertidumbre. El relato que tenías de lo que era la relación, de lo que se suponía que era tu compañero, de ti mismo, cae. Y esta pregunta se hace presente. Tu cerebro está especializado en detectar el peligro y evitarlo. Y entras en una rumia mental. Y hay que ir con mucho cuidado con eso.
Reconstruir, restablecer la confianza tras una infidelidad no es fácil. Pero sí es posible. ¿Qué es lo que hace que haya más probabilidades que así sea? Que exista el compromiso, por ambas partes, para hacer todo lo posible para que así sea. Este compromiso se tiene que traducir en hechos. “Obras son amores que no buenas razones”. Es importante tener esa predisposición inicial porque motiva a mantenerse en el esfuerzo que pueda requerir ese proceso. Evidentemente viene motivado por el amor que aún se tengan los miembros de la pareja. Si existe indiferencia, no es posible. Un compromiso no motivado por el miedo a perder la relación sido motivado por el amor que puedas sentir por tu pareja. Un compromiso que viene reforzado y motivado también por la calidad de la historia de la relación, por el proyecto de futuro que tenga la pareja. Por el peso que tenga la interpretación que se haga del compañero y de la relación. Que pese más lo positivo que lo negativo.
Por supuesto que la parte infiel también puede hacer mucho para que esas probabilidades aumenten. La primera de ellas es que se muestre proactiva en querer recuperar la relación. Que busque ayuda profesional, que lea libros para hacerse una idea de la situación por la que está transitando. Que busque recursos para regularse emocionalmente. Son muchas las cosas que puede hacer. Cambiar de hábitos. Que transmita a la parte herida que está haciendo cambios. Que está buscando una solución.
Esta proactividad también se manifiesta a la hora de hacer todo lo posible por encontrar un relato que tenga sentido sobre qué ha facilitado que se diera permiso para ser infiel. Poder transmitir eso a tu compañera es muy importante. Que haces el esfuerzo para entender qué es lo que ha pasado. Y, sobre todo, que haces el esfuerzo para ofrecerle un relato a tu pareja para que pueda comprender y pueda aceptar lo ocurrido. Que le facilitas el proceso de sanación de la herida, de perdón y de restablecer la confianza. Ese relato tiene que darse. Si no, se cierra en falso la historia. Hay un vacío ahí que necesita ser llenado. Necesitamos concluir las historias.
Volviendo a la proactividad, es importante también el que uno no repita comportamientos que puedan poner en la alarma a la parte herida. Si tú volvías tarde a casa porque estabas involucrado en un afer, evita volver tarde. Si dejabas el móvil boca abajo no lo dejes boca abajo, si te ibas a otra habitación para enviar mensajes, no lo hagas, etc. Conviene ser consciente de aquellos comportamientos que estabas desplegando y no repetirlos. Para dar tranquilidad a tu pareja.
También en esa proactividad está el hecho de hablar sobre el afer. No esperes a que tu pareja te vaya detrás preguntarlo. Esto le hace daño. Se ve a sí misma yendo detrás de ti como un policía, interrogándote con un tono de queja. Y eso desgasta. Uno como que no se reconoce a sí mismo. Algunos clientes me dicen que no se reconocen. “Es como si estuviera sacando mi parte oscura o lo peor de mi”. Por lo tanto, proactividad a la hora de tratar el tema.
Para ello es muy importante desplegar una actitud empática y no ponerse a la defensiva. El validar el malestar del compañero en lugar de transmitir la idea de que está sobredimensionado o está exagerando. Es muy importante transmitir al compañero que eres consciente del daño causado y que te responsabilizas de ello. Es muy importante transmitir este mensaje porque eso da esperanza. Transmitir que te sientes culpable. No desde una perspectiva cristiana de utoflagelación sino en el sentido de que pueda apreciar que no solamente has reflexionado sobre ello, sino que puede percibir que tú estás sufriendo porque tú mismo te has decepcionado. Te has dado cuenta que has traicionado los estándares éticos que tienes. Tus valores profundos. Ser consciente de todo esto poderlo transmitir a la pareja es un gran qué para poder restablecer la confianza de una manera sólida.
Restablecer la confianza tras una experiencia de infidelidad es un trabajo en equipo. Y la parte infiel tiene un papel muy importante. Tiene una gran responsabilidad. Al fin y al cabo es el parte responsable del dolor que ha causado y de la situación. También la parte herida tiene cosas que aportar, tiene parte de responsabilidad. En el sentido que, por ejemplo, si siente que el compañero realmente se está esforzando que refuerce ese comportamiento. Que le diga, “Vas bien por ahí”. “Me sienta bien que me cuentes cosas sin que yo tenga que estar detrás de ti” “Me sienta bien que asumas tu responsabilidad, que hagas este esfuerzo y te pido que sigas manteniendo ese esfuerzo porque necesito ver que lo mantienes para que yo pueda ir sanando y pueda ir restableciendo la confianza en ti”. Es decir, valorando, reconociendo y de esta manera reforzando ese comportamiento positivo que está haciendo que la relación pueda tener futuro.
También es importante responsabilizarse de uno mismo. De la gestión emocional que uno hace de la situación. Saberse calmar. No sobrepasarse emocionalmente es muy importante. Al fin y al cabo lo que estás haciendo es responsabilizarte de tu propio cuidado. Y eso proporciona sensación de control, de dignidad y da sentido a la vida y a tu propia persona.
Es importante que la parte herida en ese aspecto también lo tenga muy en cuenta. La confianza es clave. Es un pilar fundamental en una relación de pareja. Mantenerla es una cuestión de dos. Es un trabajo en equipo. Y tras la infidelidad, cuando se produce ese quiebro y se tiene la intención de al menos apostar, dar una oportunidad sólida para que se pueda restablecer ambas miembros de la pareja tienen que ser conscientes de lo que está en juego. Evidentemente cada uno en su grado de responsabilidad. Para mantener la motivación. Para seguir en la tarea y no perder el objetivo. Y tener en mente que en el proceso habrá momentos de todo para no desmotivarse.
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