
14 Ene ¿SOY INFIEL POR PRACTICAR SEXTING?
Una persona me comentó que había estado practicando sexting con una persona que no era su pareja. Que está se enteró y había creado una crisis en su relación. Me preguntó si consideraba que había sido infiel ya que, en sus propias palabras, no había mantenido contacto físico alguno con la tercera persona. Que “tan solo” habían sido unos mensajes y reconocía que no tenía que haber escrito lo que escribió en estos mensajes. Voy a responder esta pregunta y también analizaré el poder de seducción que tiene hoy en día en nuestra sociedad el sexting. Y una clave para poder evitar acabar haciendo algo lamentes el resto de tu vida o por mucho tiempo.
Vayamos por partes, sexting, es un término anglosajón qué está formado por otras dos palabras sex y texting. Es decir, “sexo” y “mandar mensajes”. Así pues, sexting significa mandar mensajes de contenido erótico o sexual. Algo tan antiguo como la propia humanidad. Lo que ocurre es que ahora tenemos el desarrollo de Internet, tenemos todos los dispositivos móviles en los que podemos enviarnos no solamente texto sino también audio vídeo y antiguamente pues será a través de carta. Celebres son las correspondencias erótico festivas de literatos, gobernantes y artistas. El sexting es una posibilidad que tienes para canalizar tu deseo y el erotismo. Es algo que practican muchas parejas que por el motivo que sea viven una relación a distancia. Es la manera que tienen de mantener el deseo y el vínculo.
El sexting, en definitiva es un recurso que tienes al alcance para explorar el erotismo en tu relación de pareja. Incluso si ésta es estable de largo recorrido no está reñida con que le envíes a tu pareja “Cuando llegue a casa te voy a recorrer tu cuerpo a besos”. Es, como digo, un recurso a tu alcance para poder mantener la llama de la pasión encendida. De esta manera, se mantiene y genera deseo. Generándose a sí mismo y al otro una gratificación anticipada. Un deseo que se va incubando a lo largo del día…
¿Cuál puede ser el problema? Pues que en una sociedad hiperconectada como la nuestra, tan desarrollada técnicamente, tenemos la posibilidad de establecer contacto erótico una relación erótica con otras personas de manera muy simple. Hoy en día la tentación ya no vive arriba como decía la película sino que vive al alcance de nuestra mano las 24 horas del día. Ese es el gran qué. Y es fácil que hoy en día te puedas conectar a distintas aplicaciones y plataformas que te ponen en contacto con otras personas. Y ocurre, que por curiosidad, por simple juego o por regalarse el ego y sentirse deseado o para desestresarte, te conectas ahí.
El problema está en que eso causa una gratificación en tu cerebro. No lo deja indiferente. Existe una descarga de dopamina. De la misma manera que se produce esa descargar cuando recibes un like en tu perfil de redes sociales. De esta manera, uno va acumulando ese tipo de gratificaciones, de descargas de dopamina. Y como toda sustancia química, llega un punto en que ya no siente sus efectos y necesitas más. Es ahí cuando vas escalando en la interacción con la tercera persona.
El problema está, también, en que si te focalizas en esa gratificación inmediata y vas escalando, lo más probable es que descuides tu relación. Vas a ir cambiando el foco. Te vas a descentrar. En lugar de erotizar tu relación primaria, erotizas el vínculo con esa tercera persona. Y es muy fácil perderse.
Considero que este tipo de prácticas mal llevadas, son como la comida basura. Te llenan pero ni te sacian ni te alimentan ni te nutren. Es fácil que pasado un tiempo relativamente corto, vuelvas a tener hambre y necesites volver a ingerir esa esa comida. Con el sexting pasa absolutamente lo mismo. Te conviene ir con mucho cuidado porque uno entra ahí tomándoselo como un juego y puede acabar enganchado. Por no hablar por no hablar de las consecuencias que pueda tener en tu relación si tu pareja lo llega a descubrir.
No son pocos los casos en los que la persona que ha practicado sexting se siente tratada injustamente. Cree que la pareja ha tomado una decisión radical. Que se ha sobrepasado al decidir acabar con la relación por haberse mensajeado con una tercera persona. Lo encuentran desmesurado porque aseguran que no tenían ninguna intención de tener contacto físico con ella. Ni mucho menos de acabar con la relación. Habría que ver qué pasaba si se pusiera esa persona con la que has mantenido sexting delante de ti. Pero imaginemos que eso es así… A estas personas les resulta difícil de admitir ser catalogadas de infieles.
Primero de todo, ¿qué significa ser infiel? ¿Desear a alguien mentalmente es ser infiel? ¿autocomplacerse sexualmente, pensando en una tercera persona?, ¿mantener mensajes?, ¿participar en un showroom con una profesional o un profesional del sexo en privado?
Propongo una definición de infidelidad a ver si aclara conceptos. Entiendo la infidelidad como la transgresión de un pacto de exclusividad sexual de exclusividad erótica. Este pacto puede ser implícito o explícito. Implícito significa que no ha sido verbalizado claramente. No se ha hablado entre los miembros de la pareja de cuáles son los límites, de cuáles son las necesidades. “Yo necesito, para estar en una relación estable contigo, que no te acuestes con ninguna persona a parte de mi. Que no te mensajes con nadie. Que toda tu sexualidad la focalices en mi.” Esto último sería un pacto explícito.
Cuando no se verbaliza pero se sabe que ese es el pacto aunque no se haya verbalizado, porque sabes perfectamente que tu pareja te conoce y tú conoces a ésta y sabéis perfectamente que eso no entra en vuestra relación. Como digo, la infidelidad supone el incumplimiento de ese pacto.
Aparte de esta definición de infidelidad, quiero proponerte la de “deslealtad”. Considero que esta distinción es como la piedra de toque la prueba que te facilita tener conciencia y responsabilizarte de tus actos en lugar de justificarte o de evadir tus responsabilidades. Si tú le dices a tu pareja que tienes la necesidad de tener estos juegos eróticos con otra persona porque te gratifica y tu pareja acepta, no le estás siendo desleal. Porque lo estás haciendo de manera clara. No lo estás haciendo a espaldas suya. Sino con el consentimiento de tu pareja. Y tampoco estás siendo infiel porque no se está transgrediendo ningún pacto explícito o implícito de exclusividad sexual. Hay una parte de tu sexualidad que sí la puedes compartir con otras personas. Puede que la exclusividad sexual valga para la parte física. Que no se te permita contacto físico sexual. Como digo, en estos casos no estás siendo desleal ni infiel. En los demás casos sí. Y lo sabes.
Tú sabes que si tu pareja supiera lo que estás haciendo, sabes perfectamente que le causaría un dolor emocional grande. Sabes perfectamente que estarías poniendo tu relación en peligro. Así pues, cuando uno se da cuenta, cuando uno siente eso, es el mejor momento para ponerle freno al deseo. Es el momento de respirar, tomar conciencia y pensar en las posibles consecuencias. Es la gran oportunidad para no caer en una práctica que puede poner en peligro tu relación, tu bienestar… Por un simple juego, por un afán de gratificación inmediata, una bonita historia, una historia con futuro.
Nuestra sociedad ha convertido el mundo en una especie de mercado al que tú puedas acceder y comprar con un solo clic. Es una sociedad que te anima a que lo quieras todo y lo quieras ya. Es una sociedad que favorece la gratificación inmediata y obstaculiza el esfuerzo de posponerla para conseguir una mayor, posteriormente. Este es el gran qué de nuestra sociedad. Este es el gran peligro que hay en la práctica del sexting a través de todas las posibilidades tecnológicas que tenemos a nuestro alcance.
Si te dejas llevar absolutamente por el deseo, por esa gratificación inmediata, ten por seguro que a la larga lo que vas a obtener es dolor. Antes o despué, en mayor o menor grado si te dejas llevar por el deseo y no le pones conciencia, no pones freno y lo racionalizas y canalizas tu energía sexual en la profundización de tu relación, en la erotización de tu relación, vas a obtener dolor. Y vas a causar mucho dolor.
Así pues si has puesto en peligro tu relación por esta práctica, eres humano y cometiste un error. Lo que te deseo es que a partir de ahora sepas ponerle freno a tu deseo. Que te focalices en lo que realmente te resulta nutritivo. De esta manera tendrás mayor bienestar en tu vida, causarás mayor bienestar a los que te rodean, crecerás personalmente y contribuirás a hacer de este mundo algo más bello. Que falta le hace.
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